jueves, abril 24, 2008

Asesinan a dos mujeres periodistas en Oaxaca: silencio del gobierno y de "la gran prensa" mexicana










Gregoria Agustina y Emiliano Celestino muestran las vestimentas que portaba Felícitas Martínez, locutora de la radio comunitaria La voz que rompe el silencio, al ser asesinada a tiros junto con su compañera Teresa Bautista, el 7 de abril, en Oaxaca Foto Marco Peláez

Dos periodistas mujeres de Oaxaca asesinadas. En otros países la prensa estaría en las calles exigiendo justicia. Pero esto es México y la "gran prensa" nacional ha guardado un vergonzante silencio sobre el asunto. Que se sepa, ni López Dóriga ni "los grandes del periodismo de México" han exigido que el gobierno resolviera este asesinato que atenta contra lo que a diario presume la televisión y el presidente "la armonía social y la libertad de expresión":

De Blanche Pietrich, en La Jornada, lunes 21 de abril de 2008:

San Juan Copala, Oaxaca. La radio comunitaria La voz que rompe el silencio, la cual transmitía su señal en idioma triqui desde el municipio autónomo de San Juan Copala hacia una docena de pueblos enclavados entre los cerros colindantes, salió del aire el 7 de abril, poco después de las cinco de la tarde. Adolfo y Bernabé, los dos locutores que estaban a cargo de la austera cabina, al conocer la noticia de que sus compañeras Teresa Bautista y Felícitas Martínez habían sido asesinadas en una emboscada, apagaron los micrófonos y el transmisor. Enmudecieron.

Desde entonces ni ellos ni su radio –un proyecto de comunicación que apenas tenía tres meses de vida y al que definen como “un ala de nuestra experiencia autonómica”– no han recuperado el habla. El jueves pasado, frente a una docena de periodistas y dos visitadores de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) que atravesaron el nudo montañoso de la sierra mixteca para bajar a la hondonada de Copala, Adolfo trata de decir algo. Pese a sus esfuerzos la voz se le atora en la garganta. Debe-rían haber estado a su lado, para hablar con la prensa, los padres de Tere y Feli, pero no acudieron. “Gente del gobierno de Ulises Ruiz los contactó para amenazarlos. Les dijeron que si hablaban corrían peligro; si callaban, recibirían recursos”, denuncia Jorge Albino, de la comisión de comunicación del municipio autónomo. Era el miedo que rompe la voz.

Hasta que aparece, inesperada, la pequeña figura de Gregoria Agustina, con las trenzas blancas deshechas. Pasa al frente del palacio municipal, rodeada de decenas de mujeres como ella, silenciosas. Amorosamente desdobla y extiende un vestido rojo, el típico traje triqui, bordado en telar. Cinco rasgaduras en la parte media trasera del tejido –los cinco orificios de las balas que mataron a su nieta Felícitas– dicen más que las palabras. Ni siquiera hay rastros de sangre. La abuelita, que se hizo cargo de Feli y su hermana Laura a la muerte de su madre, hace tres años, lo lavó hasta borrar la última mancha. ¿Cómo iba a dejar que el vestido que llevaba Feli el día de su muerte quedara sucio? Fue el silencio de Gregoria el que rompió el miedo.

Los visitadores de la CNDH tuvieron que tomar nota del reclamo de Jorge Albino, coordinador de la radio comunitaria del municipio autónomo: “No queremos que aquí le echen tierra a la muerte de nuestras compañeras como le hicieron en la Zongolica”, la sierra nahua de Veracruz, donde la versión del gobierno federal y del presidente de la CNDH, José Luis Soberanes, de la “muerte por gastritis” de la anciana Ernestina Ascensión se impuso mediante esa pinza de amenazas y ayudas económicas que terminó por silenciar la denuncia de su familia, en el pueblo de Soledad Atzompa.

El gobierno autónomo solicita que la Procuraduría General de la República, a través de la fiscalía para delitos contra periodistas, atraiga el caso, porque no confían en la justicia estatal.

En Oaxaca, el procurador general de Justicia, Evencio Nicolás Martínez Rodríguez, dio la clave de hacia dónde se dirige la averiguación al declarar que el atentado “no era contra las locutoras, sino contra Francisco Vázquez”, empleado del Registro Civil que conducía el vehículo en el que viajaban. Él, su esposa Cristina y Jaciel, uno de sus pequeños hijos, siguen internados en un hospital de Oaxaca, pero hasta ahora no han sido interrogados.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

a nombre del pueblo de San Miguel Copala, agradecemos a este medio informativo por el valor de difundir estas noticias, nosotros hemos callado por decadas.
grupos paramilitares dirijidos por Heriberto Pazos y El sr. Rufino Merino Zaragoza obligan a este pueblo a a votar por su partido, aqui no existe la democracia, no existe voz ni voto, en esta region nos obligan, compañeros que han querido defender el pueblo los matan y nadie dice nada, lista de los compañeros caidos en los ultimo 3 años en la comunidad de san miguel copala,
1.- isaias sebastian cruz
2.- epifanio santos
3.- valentin salas
4.- aurelio galindo sanchez
5.- paulino salazar allende
6.- raymundo maldonado
7.- fidel velasco
8.- cirilo solano
de estos compañeros ninguno de los asesinos estan tras las rejas, porque ellos tienen el poder.

solamente pedimos paz
mucho vecinos de esta comunidad se han ido a radicar en otros estados o se van a estados unidos.

ayudenos
estamos bajo la amenaza del mult.