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- 17 mil 500 muertos –casi todos civiles, la mayoría mujeres y niños– durante la invasión de Israel a Líbano, en 1982.
- Mil 700 palestinos muertos durante la matanza de Sabra y Chatila
La masacre de Qanaen en que murieron 106 civiles libaneses refugiados, más de la mitad de ellos niños, en una base de la ONU - La matanza de los refugiados de Marwahin, a quienes Israel ordenó salir de sus casas en 2006 para luego ser asesinados por helicópteros israelíes
- Los mil muertos en el mismo bombardeo del mismo año y en la invasión a Líbano, y lo mismo, casi todos civiles.
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¿Sería exagerado llamarlo crimen de guerra? Porque así es como llamaríamos esta atrocidad si Hamas la hubiera cometido. Por lo tanto, me temo, estamos ante un crimen de guerra.
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Desde luego, cuando un árabe se levante y con furia sin freno arroje hacia Occidente su ira incendiaria y ciega, diremos que eso nada tiene que ver con nosotros. “¿Pero por qué nos odian?”, nos preguntaremos. No vayamos a decir que no sabemos la respuesta.
Traducción: Gabriela Fonseca
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