jueves, mayo 07, 2009

El audaz vestuario de la Secretaria de Educación de México


Así apareció la VERDADERA Secretaria de Educación de México, la adorable Elba Esther Gordillo, en la conferencia de prensa que se realizó hoy por la mañana para informar del retorno a clases. La foto es del Diario de Yucatán. Aquí lo que dice El Diario de Yucatán y la inolvidable foto :

"En un aparente descuido*, a la profesora Elba Esther Gordillo se le bajó la blusa, durante la reunión informativa sobre el regreso a clases que se realizó hoy, a la que asistieron los titulares de Salud y Educación Pública.— (Foto de Notimex)"


* No creo que haya sido un descuido. ¿Desde cuándo Lady Macbeth deja cosas fuera de su control?

martes, mayo 05, 2009

Banda sonora de mi vida: In my place ... Coldplay

Soundtrack de mi vida:

Esta canción la escuchamos Valentina y yo mientras viajábamos de Nápoles a Roma en su coche a un concierto de The Cure en el "Stadio Olimpico di Roma". Que lindos recuerdos! :)

A Velantina le agradezco que me enseñó lo que era Italia de verdad, no la de los turistas, sino la Italia profunda... la que come pizza de verdad , que viaja en metro, que bebe vino tinto en la calle mientras canta "Il partisano" y que es hincha del Napoli, del Fiornetina, del Parma, de los equipos chicos, que no tienen dinero... del pueblo.. un año después de inmigrante en otro país, compraría este disco de Coldplay para acordarme de ella y esa cena tan romántica en su cocina, con vino y pasta que ella preparó, mientras mi ropa de mochilero se lavaba en su lavadora...

In my place... Coldplay



Bizarro: La celebración del 5 de mayo en Estados Unidos














Durante un viaje a Estados Unidos me tocó presenciar una de las cosas más bizarras que ha generado la inmigración mexicana en ese país: la celebración del 5 de mayo. En la ciudad que visitaba, se organizó una feria en el "Comunity Center". Para mi sorpresa, el festejo no era solamente de mexicanos, sino de todos los habitantes del lugar.

Era sorprendente descubrir gringos ataviados con ropa mexicana. Los mismos niños de las escuelas, afroamericanos, gringos, asiáticos, etc. vestidos de charros o de chinas poblanas. Y todo con banderitas de México, comida, música. El alcalde de la ciudad dio un discurso y había un grupo de mexicanos que repartían el himno nacional con su traducción en inglés.

Se puede ver incluso publicidad relacionada con el 5 de mayo y para los gringos, esa es la fecha de la independencia de México. Y cuento todo esto porque en mi twitter aparece que, entre los temas más tocados por la comunidad está ¡El 5 de mayo! Muchas personas envian mensajes como "Happy cinco de mayo!" o "Feliz cinco!" etcétera.

El 5 de mayo en Estados Unidos es un día en el que los estadounidenses festejan, más que nada, las aportaciones mexicanas a la cultura de dicho país. Es pues, un festejo norteamericano relacionado con una cultura que se ha mezclado con las otras culturas que conforman a los Estados Unidos de América, al grado que el día de hoy, la televisión norteamericana mostraba a Michelle Obama visitando una escuela de Washington donde un grupo de niños bailaban "La cucaracha" ataviados con trajes folcloricos mexicanos. Incluso, aunque comenzó como una fiesta de la comunidad mexicana, ahora se ha extendido como una "celebración" de los aportes de toda la comunidad latina. No obstante, para un mexicano, esta celebración no deja de ser bizarra porque representa no sólo el recuerdo de la vitoria del ejército mexicano sobre el ejército francés en Puebla, sino la constatación de que, pese a tanta sangre que se ha derramado en el país durante 200 años, los mexicanos tenemos que emigrar para poder alcanzar un poco de paz y estabilidad económica...

Michelle Obama en la celebración del "5 de Mayo"



Para leer sobre la publicidad de productos basada en la cultura mexicana, les recomiendo leer este post del blog El Diario de Conny, una mexicana viviendo en Suecia que habla sobre una variación de McDonalds "El Maco" que se vende por temporadas en el país escandinavo...

lunes, mayo 04, 2009

La influenza porcina revela la mediocridad de la prensa mexicana

"La población es disciplinada pero el manejo de la información es feudal."


La aparición de la influenza porcina en México ha revelado un espectáculo lamentable: el maridaje y sometimiento de muchos medios, sobre todo electrónicos, y el gobierno mexicano. Cada mañana, José Ángel Córdova, el secretario de salud (después de haber aparecido en Televisa) sale y da una conferencia de prensa para los demás medios. Las conferencias son retransmitidas en vivo y ahí uno se da cuenta del servilismo de muchos periodistas, de su debilidad al preguntar, del trato arrogante del gobierno a los medios mexicanos y de su temor a los medios extranjeros.


Sometimiento: Algunos periodistas inician sus preguntas tímidamente y mediante la frase "Con todo respeto señor secretario..." y en sus cuestionamientos no requieren datos o aclaraciones puntuales del servidor público –supuestamente obligado a ello- sino información que permita al político lucirse... dar una nota de ocho favorable al gobierno.

Trato arrogante del gobierno: Si algún reportero crítico - aunque parezca increíble sí los hay en México - se atreve a preguntar algo incómodo o hacer dos preguntas al secretario de salud, se escucha una voz como la del reality show Big Brother que pertenece al "coordinador de comunicación social" quien advierte en tono arrogante que sólo se permitirá hacer una pregunta por medio. Parece como si el secretario de salud estuviera haciendo el favor de informar y que tuviera el derecho de decidir la conducta del periodismo. Pero es curioso: cuando se trata de Televisa o de TV Azteca, la actitud es al revés. Estos medios hacen preguntas igual de débiles que las de sus pares de la prensa escrita y también buscan que sus cuestionamientos sirvan al lucimiento personal del funcionario público y del gobierno. Pero la diferencia radica en que estas dos televisoras son las que están haciendo el favor al funcionario de aparecer ahí. Por eso el funcionario siempre dice "me da mucho gusto participar en tu noticiero.... gracias por el espacio..." etc.

Temor a los medios extranjeros: A diferencia de los "periodistas" mexicanos que están sometidos casi en su mayoría, ya sea por el típico soborno o por su mediocridad que esperan les lleve a tener un noticiero en un medio electrónico o un puesto en el gobierno (sueño del 90% de los periodistas mexicanos), los periodistas de agencias y diarios extranjeros como Reuters y el New York Times no se andan con medias tintas. Si bien son corteses al preguntar, solicitan información puntual que puede poner en jaque al servidor público pero que también puede ayudar a que la opinión pública tenga mayor claridad de lo que está pasando. Los reporteros extranjeros pueden preguntar dos o tres preguntas y el "coordinador de comunicación social" jamás les dará advertencias ni nada.

No obstante, pese al temor, los funcionarios públicos mexicanos permanecen en su arrogancia y responden con juegos de palabras o con mentiras.

Por ejemplo hoy, una periodista de un medio extranjero, preguntó al secretario de salud cuál era la causa de que sólo muriera gente en México por la influenza porcina y que no se presentaran decesos por esa causa en otros países. El secretario, acostumbrado a tratar como seres inferiores a los "periodistas" locales, responde con molestia que "también en otros países ha habido muertos". A lo que responde la periodista extranjera: "Uno. En Estados Unidos y que venía de México". Este diálogo, que revela la forma como el secretario intenta engañar a la prensa, es tolerada por los reporteros nacionales pero no por los extranjeros, de ahí la réplica inmediata de la periodista extranjera.

Sin duda, esta situación de la influenza ha dejado al descubierto no sólo la debilidad del estado mexicano para proteger a sus ciudadanos, sino también nos ha recordado que la prensa mexicana, en su mayoría, es de una mediocridad sorprendente, acotada, como el gobierno de Felipe Calderón, por los poderes que permiten su existencia... como dice Carlos Monsiváis respecto a la influenza porcina y la prensa: "La población es disciplinada pero el manejo de la información es feudal."

viernes, mayo 01, 2009

Calderón, la inseguridad y el virus: cada cual debe luchar por su superviviencia

Esto ilustra lo que estamos viviendo en México

(Sobre Calderón) "No es un estadista, sino un gobernante débil e incapaz de liberarse de los grilletes impuestos por los poderes fácticos que le ayudaron a ser presidente..."

- Sergio Aguayo, profesor del Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México.

Vivir en México


La crisis sanitaria que vive el país se inserta en una situación de inseguridad galopante. Los mexicanos necesitan un Estado fuerte que los defienda. Hoy cada cual tiene que luchar por su supervivencia


Mientras la Organización Mundial de la Salud elevaba la alerta mundial por la fiebre porcina que surgió en México, ocho policías eran ejecutados en Tijuana. En otras palabras, la emergencia sanitaria no ahuyenta la inseguridad que carcome esa visión color de rosa con la cual algunos describen la gestión del presidente Felipe Calderón.

Para entender lo que sucede en México debe partirse de un hecho: son muy pocas las instituciones gubernamentales eficientes y preocupadas por el interés general. El aparato de seguridad es un desastre del cual sólo se salvan unas fuerzas armadas estiradas al límite de sus capacidades. Y a esa situación han contribuido los errores, ineficiencias y corrupciones de todas las fuerzas políticas, y eso incluye al presidente Calderón y a su partido.

Vivir en México es padecer la incertidumbre de la inseguridad. En la modernidad del siglo XXI es rutinario visitar, a cualquier hora del día y la noche, los cajeros automáticos para obtener efectivo. En México es peligroso hacerlo por un incremento de los asaltos y por la indefensión en que nos encontramos. La capital está dividida en delegaciones, una de las cuales, la Benito Juárez, es gobernada por el derechista Partido Acción Nacional. Uno de sus funcionarios, Jaime Slomianki, hizo la siguiente recomendación: "Por seguridad de los ciudadanos, sería muy conveniente no hacer retiros en efectivo de los bancos. Es mejor pagar la comisión

[que cobran los bancos por hacer los pagos por vía electrónica] que correr riesgos de sacar dinero" (25 de febrero, Reforma). ¿Hace falta agregar algo a tan flagrante capitulación de la obligación del Estado de darnos seguridad?

Atrincherarse en casa tampoco garantiza tranquilidad. Cuando alboreaba abril recibí una llamada telefónica. Con la voz recia de los mexicanos del Norte, alguien se presentó como mi primo Víctor, hijo del finado tío Pancho, quien emigró y murió en Estados Unidos. Entre exclamaciones de alborozo, el primo me anunció su llegada para el siguiente día; venía de Estados Unidos cargado de dólares, quería poner un negocio y necesitaba mi consejo. Me expresó su deseo de hospedarse en casa -"ya tengo la dirección, primo, ahí nos vemos mañana"-. Como la familia es sagrada, hasta me sentí mal cuando le dije que era imposible darle albergue, pero lo compensé poniéndole hora al reencuentro de primos.

Vivir en México exige estar en alerta permanente. En consecuencia, me comuniqué con la tía Lola, quien desposó un veterano de guerra americano hace medio siglo y se fue a vivir a California. La tía conoce los ires y venires de los centenares de Quezadas que se hacen la vida en el otro lado. Nadie mejor que ella para esclarecer identidades. Después del obligado relato de tragedias y enfermedades, me dio una triste noticia: el primo Víctor había muerto de diabetes hacía un par de años porque "no se cuidaba nada".

Así pues, o el primo Víctor estaba comunicándose desde el más allá o, lo más probable, estábamos frente a un simulador que preparaba un robo, una estafa o un secuestro. Se inició un larguísimo intercambio de opiniones con mi esposa catalana, la cual inmediatamente recordó otra llamada recibida hace algunos meses en la cual nos informaban, entre insultos y amenazas, que habían secuestrado a nuestro hijo varón. El intento se desinfló porque nuestro descendiente vive en Madrid. En cuanto a la visita del presunto primo Víctor, nos inquietó porque ignorábamos la información que tenía. Desechamos dar aviso a la policía, pese a que el Gobierno federal (conservador) publicita un programa especial contra extorsiones por vía telefónica. Cuando está en juego la seguridad, los mexicanos no llamamos a la policía porque o son cómplices de los delincuentes o son de una ineficiencia sublime.

Sé de lo que hablo. Hace seis meses saquearon el piso donde vivimos en una capital gobernada, desde hace 11 años, por el principal partido de izquierda. Destrozaron a mazazos una puerta blindada, dejaron sembrado el piso del contenido de cajones y armarios y se llevaron lo que quisieron. El procurador capitalino tomó un interés personal en el asunto, y al hogar llegaron oleadas de solícitos peritos y policías. Obtuvieron las huellas digitales de los presuntos responsables, pero hasta ahí llegaron, porque la policía capitalina no está coordinada con el Gobierno central y no tiene acceso a las bases de datos nacionales.

Este tipo de vivencias no son extraordinarias. Forman parte de la existencia en este maravilloso país tan lleno de contrastes y extremos. Después del asalto, nos resignamos a unirnos a los millones de ciudadanos que compensan la incapacidad del Estado reforzando puertas y ventanas, poniendo alarmas e intercambiando anécdotas de impotencia y miedo.

El colapso de las instituciones mexicanas de seguridad tiene muchas causas. Una de las principales es la ineptitud de buena parte de los altos mandos burocráticos. Según un estudio realizado por el organismo Gestión Social y Cooperación (Gesoc), pese a los generosos salarios y privilegios pagados, alrededor del 40% de la alta burocracia federal no está capacitada para ocupar el cargo. La razón es muy simple: quienes gobiernan entregan esos puestos a sus amigos o cómplices. Felipe Calderón ha participado, como presidente, de manera consciente y deliberada en este juego.

El Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) tiene la responsabilidad de coordinar las acciones de los gobiernos federal, estatales y municipales. Ocupa, por tanto, un lugar central en el combate contra la inseguridad y en la guerra contra el narco. Si funcionara el Sistema, la policía capitalina tal vez hubiera podido conocer la identidad de quienes asaltaron mi piso, y seguramente iría mejor el combate al crimen organizado. Desafortunadamente, ha sido una burocracia inútil porque Felipe Calderón nombró como su titular a un tal Roberto Campa Cifrían, quien carecía de experiencia en temas de seguridad. Eso sí, en su larga carrera político-burocrática uno debe reconocerle la gallardía con la cual ha defendido sus ingresos y privilegios como funcionario de alto nivel. Si Calderón lo nombró zar de la seguridad es porque Campa es un protegido de la lideresa magisterial Elba Esther Gordillo, quien hizo grandes favores al actual presidente durante la polémica elección del 2006. El presidente usó nuestra seguridad para pagar una deuda política.

Campa estuvo en el cargo de 2006 a 2008 y manejó unos 1.000 millones de euros, sin que la seguridad mejorara. Acorralado por la falta de resultados, Calderón se vio forzado a destituirlo en septiembre del 2008, y no fue hasta marzo de 2009 cuando nombró a Jorge Tello Peón como el nuevo titular del SNSP. Finalmente, llegó al cargo un profesional, y a lo mejor y tal vez las fuerzas federales finalmente se coordinan mejor entre sí y con las policías de los otros niveles.

Así pues, ni todas las instituciones funcionan ni el Gobierno de Felipe Calderón es un cruzado enfrentado a la delincuencia. A Calderón le pone obstáculos la oposición, es cierto, pero él toma decisiones que sabotean su gestión. No es un estadista, sino un gobernante débil e incapaz de liberarse de los grilletes impuestos por los poderes fácticos que le ayudaron a ser presidente.

Quienes vivimos en México estamos urgidos de un Estado fuerte que nos defienda. La emergencia sanitaria que padecemos es una anécdota menor si se piensa en que cargamos, como losa gigantesca, a una clase gobernante que, en términos generales, se distingue por su mezquindad y mediocridad. La supervivencia diaria termina dependiendo, en esencia, de cada ciudadano.

Postdata. La amenaza creada por el primo Víctor la resolvimos a la mexicana. En lugar de confrontarlo y encararlo optamos por evadirlo. Dejamos de contestar el teléfono por unos días y se dio por enterado. O al menos eso deseamos creer...

Sergio Aguayo es profesor del Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México.

Publicado en la sección tribuna de "El País" el 1o de mayo. Enlace a la publicación original aquí:

http://marcocar.blogspot.com