miércoles, septiembre 23, 2009

¿Qué pasaría si un OVNI llegara a México?

Es increíble: tuve que ver una película sudafricano-neozelandesa para salir de mi depresión y retomar la escritura de mi blog. Me refiero a la cinta: "District 9" (Neill Blomkamp-2009). La historia es tan fascinante como actual:

Un OVNI aparece de pronto sobre el cielo de Johanesburgo, Sudáfrica. En su interior hay unos aliens parecidos a langostas. Veinte años más tarde, la recepción amistosa que en un principio tuvieron los humanos se ha desvanecido completamente y el campamento de refugiados donde habían sido establecidos los alienígenas se ha transformado en un ghetto militarizado llamado Distrito 9. Ahí viven confinados y explotados enmedio de la miseria.
Entonces, la corporación Multi-National United que se dedica a la venta de armas, es contratada para desalojar por la fuerza a la población del distrito y llevarla a un campo de concentración lejano de la ciudad. La operación es encargada a Wikus van der Merwe quien durante el operativo se expone a una sustancia extraña que encuentra en una de las casas de cartón de la que han desalojado a un "langostino" (extraterrestre). Esta sustancia lo convierte en un mutante y en la única persona humana capaz de accionar las poderosas armas que fueron confiscadas a los extraterrestres a su llegada...

Esta entrada del blog no pretende ser una crítica de cine, pero si llamar la atención acerca del tema de "District 9". Desde luego no es acerca de un hipotético encuentro con inteligencias alienígenas. El tema es la inmigración, que ha sido definido como uno de los fenómenos que se presentarán cada vez con mayor impacto en un mundo dividido por países ricos y países pobres.
El OVNI abandonado a su suerte sobre Johanesburgo no es sino un "contenedor" de trailer repleto de inmigrantes "ilegales" como los que se descubren constantemente en las ciudades norteamericanas. No es sino un contenedor en un buque que intenta llevar personas de África hacia Europa. El OVNI es una metáfora de la intolerancia humana.

Hace poco escuché de alguien que aprecio mucho la siguiente frase: "En México se disparó la delincuencia y el narcotráfico porque hay muchos extranjeros".

Llama la atención que "District 9" se desarrolle en un país que estuvo aquejado por el apartheid*, pues en la cinta el racismo se presenta no sólo de parte de los sudafricanos blancos sino también de los sudafricanos negros.

Por eso la película inicia con la impactante frase que alguien dice fuera de cuadro mientras el OVNI flota adormecido sobre los rascacielos de Johanesburgo: "No ocurrió en Manhattan, tampoco en Chicago, ni en Washington...ocurrió aquí, en Johanesburgo..." .

Si un OVNI lleno de inmigrantes siderales llegara a México, seguramente la televisión enviaría a sus artistas a cantarles algo en forma de bienvenida. Saldrían intelectuales como Enrique Krauze diciendo que, dado que somos la "raza cósmica" era lógico que los alienígenas nos escogieran a nosotros. Nos escogieron, dirían personalidades mediáticas, de la misma forma como la virgen de Guadalupe nos escogió. "Non fecit taliter omni nationi" diría la iglesia.

Y cuando con el transcurso del tiempo el gobierno, y la sociedad mexicana se corrompieran aún más, entonces diríamos "¡es culpa de esos alienígenas!". Y haríamos un District 9, semejante a las colonias miserables que hay en las afueras de nuestras ciudades. Sobre todo, perpetraríamos los mismos actos que hacemos contra los mexicanos de origen indígena y contra los inmigrantes latinoamericanos que tienen la mala suerte de llegar aquí en su búsqueda de ingresar a Estados Unidos: vejaríamos, golpearíamos, violaríamos y explotaríamos sin piedad a los alienígenas. Porque somos la "raza cósmica", porque "Como México no hay dos" y porque, al final de cuentas, México es una isla cerrada al mundo... una estrella más del canal de las estrellas.

*Uso el pasado para "respetar" el tratamiento mediático que se le da al tema, porque estoy seguro que el racismo persiste ahí.

Entradas relacionadas:

Cine y Realidad: El caso de Elvira Arellano y Children of Men
Podcast sobre Children of Men de Alfonso cuarón y Clive Owen

Trailer de District 9 cortesía de TheFilmStage





martes, septiembre 08, 2009

¿Quién dice que no se puede? El optimismo a la mexicana

El sábado la televisión hizo un gran escándalo luego de que la selección ganó un partido de visitante a la selección de Costa Rica en las eliminatorias para el mundial. Mucha gente parecía muy feliz: los amigotes con los que veía el juego, el imbécil de la televisión que gritaba como poseso "¡mátalos, mátalos! cuando un jugador de la selección estaba por anotar un gol. Pero yo no compartía esa alegría. Realmente no me ponía feliz.

No es que no desee que un equipo deportivo de mi país gane, o que no sea capaz de compartir una alegría con otros. Es simplemente que no encuentro motivos reales para esta alegría. Puedo decir sin ruborizarme que pienso que mi estado de ánimo se debe a que no tengo dinero suficiente para pasar la quincena.

Es increíble: el día de pago es el lunes próximo y yo no puedo comprar una mugrosa lata de cerveza o de coca-cola. Tuve unas invitaciones para ir a reuniones viernes y sábado y evité ir porque ello implicaba un taxi, gastos.

Y me desespera porque mi día comienza a las 6 de la mañana y acaba a las 9:30 o 10, que regreso a casa. Ni siquiera puedo tener otro trabajo porque el que tengo demanda que estém ahí todo el día. Y cada día que pasa lo veo como un día menos, no como un día más. Y me gustan muchos aspectos de mi trabajo y pongo todo mi esfuerzo para que salga bien. Pero no me alcanza... simplemente no puedo pagar mi vida con este trabajo.

Y cuando veo la alegría de los fanáticos de fútbol, y que gritan "Sí-se-puede-sí-se-puede" y que el presidente dice que todo va en camino de estar súper, yo miro mis zapatos, sucios, agrietados, como los llevaba la noche del viernes pasado que llovía y llovía mientras esperaba el autobús para ir a mi casa, pensando la forma de sacar algo de más de dinero.

No recuerdo un sólo día, desde que comencé a trabajar a los 17 años, que el país no haya estado en crisis y no recuerdo la última vez que compartí un momento de alegría con otros. Pero a veces tengo algo de esperanza, cuando me quedo mirando el techo de mi cuarto, imaginando que ahora sí, mañana todo estará mejor y eso me alienta por uno o dos días... porque al final, como mis amigas y amigotes borrachos que veían conmigo el fútbol, no entiendo lo que pasa con claridad y termino preguntándome, como todos ¿quién dice que no se puede? cuando leo mi recibo de pago con una sonrisa...