jueves, noviembre 30, 2006

Podcast Un Mexicano en europa Episodio 1

Episodio 1 Podcast de Viajamundos

“Viajar es Vivir…”
- Hans Christian Andersen, escritor danés

Escucha el podcast aquí


Contenido del Podcast:
¿Se puede conocer otro países de mejor manera?
Si estás leyendo este blog, probablemente es porque tienes interés o curiosidad por viajar. Quizás, en un futuro pienses realizar una travesía por algún lugar de México, o por otro país. Entonces, tal vez debas pasar por las siguientes aduanas, no solamente porque todo viaje implica cruzar fronteras, sino también porque anuncian lo que encontrarás en las calles de otro país o leerás en las siguientes páginas que son, en sí mismas, una forma de viaje.
Aduana 1: estar dispuesto a abrirse
Si estás dispuesto a abrirte al panorama que se presente frente a ti y a las personas que encuentres en el camino, el viaje puede cambiar la impresión que tienes sobre muchas cosas: la comida, la cerveza y el vino. También sobre la comunicación entre personas, el tiempo y hasta los baños. Pero sobre todo, puede alentar que reconozcas, en la diferencia entre costumbres y lugares, aspectos sobre ti mismo y tu país. Desde luego, unos días de viaje no lo cambian a uno, pero sí pueden hacer que mires a tu interior, y, al mirarte a ti mismo, ése gran desconocido, y descubrir, mediante los países o lugares que visitas, otra perspectiva de la vida, pese a que los fantasmas, recuerdos y costumbres que uno carga, sigan colgados con cadenas a nuestros pies.
Para alguien que ha viajado poco o que nunca ha visitado otro país, ir a otro continente puede ser como ir a otro planeta. Y no importa cuáles sean los motivos del viaje, éste siempre dejará una huella en ti.
De ahí la primera lección que se aprende cuando uno viaja a otro país: al partir tienes idea de quién eres, pero no sabes quién serás al regresar.
Sección 1 Consejo de viaje
14 Consejos para viajar como mochilero a Europa sin necesidad de mucho dinero*
Por Marco Carlos Avalos Rosado1
Cuando en diciembre de 2001 comenté a mis amigos sobre mi intención de viajar al viejo continente, algunos de éstos me dijeron que estaba loco. “Ir a Europa es muy caro”, “Se necesita mucho dinero”, “solamente un millonario puede darse ese lujo”, eran algunos de sus argumentos. Sin embargo, tratando de olvidar la “realidad mexicana” (de crisis económica permanente desde hace 20 años) y soñando un poco, comencé a investigar en Internet y en agencias de viajes cuánto me costaría hacer un viaje como mochilero al continente europeo.
A partir de mi investigación al respecto, de todo lo que hice para poder viajar, se desprenden estos 14 consejos sobre cómo conseguir tarifas baratas, cosas gratuitas, reducción de gastos, etc. , que espero puedan ser de su utilidad algún día, cuando ustedes, amables lectores, se decidan a realizar ése sueño que siempre han tenido de viajar.
Consejo 1: Determinar la época en que uno quiere viajar
A Europa, la mayoría de las personas quiere viajar durante el final de la primavera y el verano. Viajar en estas épocas tiene ventajas y desventajas.
Ventajas: Si se es muy joven, podrás hacer amistades. Habrá jóvenes con mochilas por todos lados. Hace calor y es agradable. También hay eventos, conciertos de todo tipo y festivales por muchas ciudades de Europa. Particularmente, es una época excelente para visitar el mediterráneo. No es neceario ir a Mónaco o Niza. También existen lugares tan bellos y divertidos como Valencia, Nápoles. E incluso hermosas ciudades como Dubrovnik, en Croacia, en el mar adriático. Y esto hay que recalcarlo. No solamente los países de la Unión Europea son bellos.
Desventajas: Todo es más caro. Hay aglomeraciones. Puede pasar que no puedas tomar un tren porque no hay cupo. Esto ocurre a veces en España, sobre todo en agosto, cuando inician las vacaciones de verano. Puede dificultarse, incluso, encontar hostales. Es posible encontrar mochileros que pensaban ir a una ciudad y se quedaron varados en otra porque no encontraron hospedaje.
En términos de economía, quizás sea más barato visitar Europa a finales de otorño y en invierno. Los lugares turísticos siguen existiendo, las diversiones también y en algunos lugares se añaden otras como la nieve. En casos como los hostales, los servicios son aún de mejor calidad, porque hay menos personas. Y además sigue habiendo otros mochileros con los cuales compartir experiencias. De cualquier forma, si solamente puedes viajar en verano, en los siguientes párrafos encontrarás consejos útiles.
Sección 2 Crónica de viaje
Viena
Sección 3 Enlaces y adelanto del próximo podcast
http://www.viajeros.com/... Eslovaquia
* (Nota: el presente texto está pensado desde la experiencia mexicana pero, debido a las similitudes tan grandes que existen entre nuestros países latinoamericanos, en muchos aspectos puede aplicarse a cualquier viajero que viva, desde el Río Bravo hasta la Tierra del Fuego). Artíulo publicado en mayo de 2004 en http://www.viajeros.com/article190.html
1 http://www.marcocar.blogspot.com/ marcocarlosavalos@gmail.com

sábado, octubre 28, 2006

Un mexicano perdido en Sudbanhof...la tétrica estación sur de Viena

La tétrica estación sur de Viena

Por Marco CAR

Desolación, pasillos oscuros...grafittis... (podcast aquí)

Por una de esas cosas que tiene la suerte, antes de venir a Europa pasé por la tienda de un amigo para comprar unos DVD. Ahí le conté a mi amigo que me venía a Europa y él me dio el e-mail de un amigo suyo que vivía en Viena.

Y pues ya estando aquí en Europa le mandé un correo y bueno. Nos quedamos de ver en Viena. Su nombre es Juan, es de San Luis Potosí y trabaja en un proyecto europeo relacionado con la inteligencia artificial.

Este podcast habla de mi llegado a la estación Sudbanhoff de Viena. Una estación que, cuando la conocí, de paso hacia Bratislava, me pareció tétrica, oscura y cómo al regresar estuve a la expectativa de si Juan llegaría para encontrarse conmigo. Es un podcast sobre la tétrica estación de Viena.

Llena de rincones oscuros, gente que lo mira a uno circunspecta y alejada del glamour del turismo mayor que arriba de Europa del Oeste, de los países ricos, mientras ésta sirve para conectar con los países del este, menos desarrollados. Es la historia de un mexicano perdido en Viena… (podcast aquí)

Amsterdam el primer aeropuerto convertido en un gigantesco "mall" o centro comercial


"Buy and bye" Compras y te vas...

Por Marco CAR
(escuchar el podcast aquí)

Arribo al aeropuerto de Ámsterdam. Más que un aeropuerto, el de Ámsterdam es una enorme tienda. Un “mall” como dicen en Estados Unidos. Solamente me bajo y hay letreros por todas partes que me invitan, que invitan a los viajeros a comprar. Por todos lados tiendas, de todo tipo. Nada es barato, pero aún así hay niveles. Están desde las gorras y bufandas del Ajax de Holanda, famoso equipo de fútbol, hasta tiendas con ropa de diseñador. Se puede conseguir desde una postal hasta un IPED, una cámara de vídeo, etc. Incluso hay un museo donde exponen obras famosas de pintores holandeses.

El lugar es cosmopolita, Pero sobresalen las personas de origen asiático. Todo es caro. Por 10 euros uno tiene derecho de conectarse al Internet de manera Wi-Fi. Todo se resume en un cartel que se ve por todos lados: “Buy and Bye” (compra y adiós). También hay restaurantes de todo tipo, japoneses, chinos, italianos y el infaltable McDonalds. Ahí espero por cuatro horas… a la entrada de la aduana, hay como 15 asiáticos, niños, señoras, jóvenes, ancianos haciendo fila. A ellos los revisan uno a uno. Les abren sus bolsas, la comida que llevan, sus bolsas con fideos, etc. Por ello, un agente aduanal me mira y me hace la seña de que me forme en una línea que no estaba en funcionamiento. Todo bien, habla español. Pero ve mi disco duro móvil y lo pasan por los rayos x y me preguntan qué es esa mancha que se ve por la pantalla de rayos x. No sé, responde. Entonces llega otro que dice algo en holandés y concluyen que no, que no es nada, que puedo pasar.

Me voy y los asiáticos siguen ahí. Ellos parecian ser más peligrosos que yo, incluso la niñita que llevaba un osito de peluche. Al subir al avión van como 15 niños, todos asiáticos, salvo dos que eran rubios. Se sientan al lado de mi y los escucho hablar en castellano y con un marcado acento español. El futuro de España será así. Dos horas y media después llegamos a Madrid. Un cielo rojo impresionante provocado por el ocaso nos recibe. Un español menciona que nunca había visto algo así en Madrid. Por fin llego a Europa otra vez, luego de cuatro años de espera. La espera, sin embargo, tardaría cuatro horas más, pues he llegado a las 9 al aeropuerto de Barajas ¡pero mis maletas no! Pero llegan en el vuelo de las 00:30. Lo bueno: mi amiga Raquel ya está aquí y mientras esperamos vamos por una caña (cerveza) para mí, para ella una soda, pues va a conducir a través de Madrid para hospedarme en su casa. Ahí, pese a la hora (casi las 2) nos esperan jamones, pan y vino. Si, estoy en España otra vez…(escuchar el podcast aquí)

Amsterdam el primer aeropuerto convertido en un gigantesco "mall" o centro comercial


"Buy and bye" Compras y te vas...

Por Marco CAR
(escuchar el podcast aquí)

Arribo al aeropuerto de Ámsterdam. Más que un aeropuerto, el de Ámsterdam es una enorme tienda. Un “mall” como dicen en Estados Unidos. Solamente me bajo y hay letreros por todas partes que me invitan, que invitan a los viajeros a comprar. Por todos lados tiendas, de todo tipo. Nada es barato, pero aún así hay niveles. Están desde las gorras y bufandas del Ajax de Holanda, famoso equipo de fútbol, hasta tiendas con ropa de diseñador. Se puede conseguir desde una postal hasta un IPED, una cámara de vídeo, etc. Incluso hay un museo donde exponen obras famosas de pintores holandeses.

El lugar es cosmopolita, Pero sobresalen las personas de origen asiático. Todo es caro. Por 10 euros uno tiene derecho de conectarse al Internet de manera Wi-Fi. Todo se resume en un cartel que se ve por todos lados: “Buy and Bye” (compra y adiós). También hay restaurantes de todo tipo, japoneses, chinos, italianos y el infaltable McDonalds. Ahí espero por cuatro horas… a la entrada de la aduana, hay como 15 asiáticos, niños, señoras, jóvenes, ancianos haciendo fila. A ellos los revisan uno a uno. Les abren sus bolsas, la comida que llevan, sus bolsas con fideos, etc. Por ello, un agente aduanal me mira y me hace la seña de que me forme en una línea que no estaba en funcionamiento. Todo bien, habla español. Pero ve mi disco duro móvil y lo pasan por los rayos x y me preguntan qué es esa mancha que se ve por la pantalla de rayos x. No sé, responde. Entonces llega otro que dice algo en holandés y concluyen que no, que no es nada, que puedo pasar.

Me voy y los asiáticos siguen ahí. Ellos parecian ser más peligrosos que yo, incluso la niñita que llevaba un osito de peluche. Al subir al avión van como 15 niños, todos asiáticos, salvo dos que eran rubios. Se sientan al lado de mi y los escucho hablar en castellano y con un marcado acento español. El futuro de España será así. Dos horas y media después llegamos a Madrid. Un cielo rojo impresionante provocado por el ocaso nos recibe. Un español menciona que nunca había visto algo así en Madrid. Por fin llego a Europa otra vez, luego de cuatro años de espera. La espera, sin embargo, tardaría cuatro horas más, pues he llegado a las 9 al aeropuerto de Barajas ¡pero mis maletas no! Pero llegan en el vuelo de las 00:30. Lo bueno: mi amiga Raquel ya está aquí y mientras esperamos vamos por una caña (cerveza) para mí, para ella una soda, pues va a conducir a través de Madrid para hospedarme en su casa. Ahí, pese a la hora (casi las 2) nos esperan jamones, pan y vino. Si, estoy en España otra vez…(escuchar el podcast aquí)

Amigos, paisajes, buena comida, vino y cerveza e intolerancia...un mexicano perdido en Europa

El viaje de Madrid a Viena fue caótico y muy cansado. En París tuve que hacer una conexión de la Gare Montparnase a la Gare D´Est y en el metro los parisinos se sintieron molestos con el espacio que ocupaba con mis maletas. Una noche anterior, en Madrid, el cierre de la mochila se había roto en la sección donde guardaba los zapatos, y aunque Raquel y yo (mi amiga española) pusimos varias vueltas de cinta canela, el cierre terminó por abrirse justo en el metro de París y los zapatos se regaron por todo el piso de la estación Oberkampf. Un caos. Cosa curiosa: dos muchachas parisinas me ayudaron a levantar los zapatos y los guardaron como pudieron en la mochila que cargaba detrás. Estaban muertas de risa. Yo también lo tomé con humor. Al menos la parte de “solidaridad”[1] es un valor que sigue vivo entre algunos parisinos…

En la “Gare D´Est” intenté por todos los medios bañarme pero fue imposible. Hay obras y por ello ni siquiera tienen un lugar donde dejar las cosas a consigna. Entonces tuve que andar por la estación con todo. Para colmo, en el tren a Viena desde París me tocó compartimiento. No me gustan los compartimientos en el tren. Dadas las actuales condiciones del mundo, con la migración de gente pobre hacia países que podrían darles trabajo, la creciente ola de rechazo a otras razas y culturas, etc., en los compartimientos de los trenes la gente que no se tolera tiene que viajar junta.

Las primeras estaciones del tren éramos un turco que vestía impecable de traje y yo. El turco era turco porque él mismo lo dijo. En realidad yo pensé que era francés pero el dijo que era “turkai” y explicó en un inglés entrecortado que él vivía en Austria, pero que no era austriaco sino que sus orígenes eran turcos. Parecía querer dejar esto muy bien claro. Entonces, una pareja de austriacos, él, de traje (casi un sosias de Franz Beckenbahuer) junto con su mujer, intentaron entrar al compartimiento. Me dijeron “halo” pero luego lo vieron a él y optaron por no entrar cual si hubieran visto al diablo en persona.

Hasta ahí todo iba bien, pero entonces llegamos a Baden Baden y subieron una alemana y luego dos mujeres, una madre y la hija de unos 19 años que eran de…no sé de dónde, pero seguro musulmanas, aunque no usaban la burka. Tensión. La alemana iba sentada a mi lado y veía con recelo a las otras dos. Las otras dos la veían de reojo y guardaban silencio. El turco llevaba tapado el rostro con la mano izquierda.

Silencio y miradas furtivas entre todos. Un vaso de cristal hubiera estallado si alguien hubiera tenido uno entre las manos. La señora y su hija sacaron una botella de agua Perrier y casi como si se tratara de una bomba peligrosísima, la fueron abriendo muy lentamente para no llamar demasiado la atención. La alemana inclinó su rostro como queriendo esconderse en la oscuridad, como queriendo que su cuerpo viajara ahí pero no su mente. Entonces la muchacha musulmana se recostó sobre el pecho de su madre que le acariciaba de manera muy muy dulce. La alemana hacia esfuerzos por no verlas y no rozarlas con sus pies. El turco se tapaba el rostro con la mano y yo…yo fingía que no me importaba nada. Y las luces de algunas ciudades alemanas que cruzábamos en el tren revelaban esa sensación de soledad que sin duda todos los que íbamos en ese compartimiento sentíamos.

En Viena, pese a lo que decían todas esas guías de viaje, los horarios en Internet y la misma información de SNF y Renfe[2] juntas, no existe un tren que salga de la estación central de Viena hacia Bratislava. Por eso tuve que salir y subir a un tranvía urbano (como esos que hay todavía en Ciudad de México) para llegar a la Sudbanhoff desde donde salían los trenes a Bratislava. Nada mas salir, veo publicidad política. Un partido dice algo en alemán contra el Islam en un cartel pegado cerca de la banca cubierta para esperar los tranvías. No sé alemán, cierto, pero sé que ese partido pugna contra el Islam porque Islam se escribe Islam en alemán y porque alguien añadió con un plumón rojo “NAZIS!!” sobre el cristal.

Odio, intolerancia. Desolación en los corazones. Eso también es Europa. Eso también es México. Eso también soy yo[3]. Tomé el tranvía equivocado. Mejor dicho, tomé el indicado pero con rumbo opuesto. Sin embargo, tuve un presentimiento me bajé en cierta estación porque vi pasar unos ancianos que arrastraban unas maletas. Bajo esta lógica que seguí, es lógico, también, comprender que todos esos apuntes que hice no sirven de nada cuando uno es un… J tonto que termina cargando una mochila, dos maletas y unos tenis Adidas en la mano.

Pese a todo tuve razón: esa era la estación sur de Viena: una nave lúgubre y sucia, aún peor que cualquier estación de autobuses de la clase más baja que pudiera haber en México, un país del tercer mundo o más, más allá.

Ahí en la estación busqué un baño. La estación Sudbanhoff de los trenes nacionales de Austria, en Viena, es horrible. Está sucia, vieja y se percibe un desprecio por los que viajamos hacia estos hermosos paisajes eslavos. Esto, los paisajes que pude ver de Francia, de España, de Alemania, de Austria fueron los suficientemente hermosos, al grado que hicieron que este viaje de un día y medio entre Madrid y Viena valiera la pena…

Los baños de la estación estaban custodiados por un señor que dormitaba en una silla. El olor y el agua en el piso me advirtieron antes de siquiera entrar que no tendría caso tratar de cambiarme de ropa ahí, dado que no iba a poner las maletas en aquel piso asqueroso…

Entonces tuve hambre. En un negocio cercano al anden vendían “Pizza y Kevab”. Curioso, alemanes no soportan viajar en el tren con un turco pero si gustan de comprar kevab a 4.50 euros más la coca-cola…



[1] Ya sabes, solidaridad, igualdad y fraternidad….

[2] Son las siglas de las compañías de trenes de Francia y España.

[3] Antes de mi partida a Viena desde Madrid fui desde la capital española a Paris a visitar a Nell, una amiga que tengo. En el viaje me tocó viajar en un coche dormitorio. Ahí íbamos un francés que venía de Argentina (platiqué como tres horas con él), y dos muchachos, uno negro y otro musulmán pero no sé de qué país. El muchacho musulmán no hablaba nada, ni francés, ni inglés ni nada. Llegó la de ls pasaportes y él no supo entender lo que ella le pedía. Entonces, como pude, le hice saber que debía darle el pasaporte a la poli. El me entendió y me lo dio a mi y yo se lo di a la poli. Como pude le expliqué se lo devolverían cuando llegáramos a París. Como agradecimiento, me ofreció un Sprite. Yo no lo quería, pero él insistió y lo tomé… pero no lo abrí y lo dejé abandonado en el tren cuando llegamos a París… es de un musulmán ¿quién sabe que podría traer? No pensé esto específicamente, pero si actúe…como todos aquí… el virus de la mediocridad y la intolerancia se contra fácilmente, aunque uno sea de México y se sienta libre de todo eso…

El tren a Bratislava, pese a ser de“2ª clase” era un tren muy limpio y moderno. Con asientos confortables, amplios y mesitas. Todo era automático. Entonces ahí lo hice: me lavé el torso, me cepillé los dientes, me rasuré, me lavé el cabello, etc. Y me cambié de ropa para lucir presentable ante Moni que iba a recibirme a la estación. Este hecho me valió insultos en (¿eslovaco?) de los otros pasajeros porque tardé demasiado ahí dentro del baño del tren, que por cierto también estaba muy limpio.

Al salir ya estábamos en Bratislava… Es curioso, pero ni siquiera me di cuenta cuando llegamos, salvo por los inevitables grafitis pintados en las paredes de los edificios que también vi en Madrid, París, etc… Había llegado la hora. Cargué con las maletas y luego de dar vueltas confundido por andenes encontré la salida al vestíbulo de la estación. Subí unas escaleras y la vi. Estaba ahí como un ángel buscando en todas direcciones por mí. La estación era oscura pero ella brillaba en el sitio y al voltear me reconoció inmediatamente. Llegando a Nitra, su primer comentario fue “está calle está habitada casi solamente por gitanos… por lo menos aquí es solamente una calle… y no como en Presov que es casi toda la ciudad…”.

Moni iba a ser mi guía, principal apoyo y amiga de ahí en adelante…

viernes, agosto 25, 2006

Una imágenes de Cuba...las imágenes son la representación de un objeto, animal, persona, etc... es decir NO SON LA REALIDAD. Por ello, sinceramete, para mi las mejores imágenes de la Habana las llevo en mi mente, en el corazón...


www.flickr.com


This is a Flickr badge showing public photos from marcocarlosavalos. Make your own badge here.




jueves, agosto 10, 2006

Pájaros de Londres


Pájaros de Londres
Originally uploaded by info tx.
Pájaros de Londres

¿Decidiendo a dónde ir? o a la espera de encontrar la estatua de un príncipe, como el del cuento de Oscar Wilde?

Foto de L. B. que habla varios idiomas :)

Estación Victoria


Estación Victoria
Originally uploaded by info tx.
Estación Victoria

Muchas chicas potosinas, desde aquellas con dinero, hasta de clase media y pobres, viajan a Londres para trabajar como niñeras (au pair). Es el caso de como Verónica C. También muchachas de otros países lo hacen y deben pasar por aquí, la Estación Victoria del metro de Londres, lugar de encrucijadas y sueños internos...

Foto de LB. que sabe varios idiomas y ama la música :)

El Puente de Londres


El Puente de Londres
Originally uploaded by info tx.
El Puente de Londres

La bruma... el fantasma que recorre Londres todos los días...

Foto de L B. que ama la música

Verónica C. una Mexicana inmigrante en Londres

Por Marco CAR

Londres es como un enorme palacio, con miles de habitaciones, todas ellas distintas, cuya única relación es su origen: la modernidad. Solamente cruzar una calle puede significar la entrada a otra cultura que parecía lejana, pero que también está ahí, en la capital de Inglaterra, en cuyo perímetro se hablan decenas de idiomas y conviven todos los mundos posibles del planeta. En una de estos habita Verónica C., una muchacha potosina de 30 años.

La historia de Verónica - una potosina que ha dejado de serlo - no es la típica historia de los mexicanos y potosinos que han partido a Estados Unidos en busca de un destino más prometedor, pues en esta ciudad de 10 millones de habitantes, ubicada al sudeste de Inglaterra, la migración mexicana es distinta. No solamente se busca un porvenir económico, sino también una transformación, por necesidad más profunda y en distintos niveles, que se explica, en parte, por su lejanía geográfica y cultural con México, pero también porque Londres es una ciudad donde se puede ser marroquí, rumano o senegalés, sin dejar de ser londinense. Aunque Verónica llegó a Londres con el único propósito de estudiar inglés, su viaje derivó en una apertura de mente, en un descubrimiento de que el mundo no terminaba en San Luis, sino que, precisamente, la última frontera con el universo y con las posibilidades que ella tenía como persona, para aferrarse al entorno conocido y a la protección familiar. Pero antes de narrar como fue que ella se convirtió en londoner[i], es preciso describir como es que se ve, desde lejos, desde esta ciudad paradigma del nuevo milenio, una muchacha potosina. Desde mi punto de vista, arbitrario por fuerza, una muchacha de San Luis es como toda esa energía contenida en un foco.

Limitada por la artificialidad machista de nuestra cultura, que las condenaba (hasta todavía hace unos años) a ser amas de casa, madres y a estar secuestradas por las tradiciones religiosas y por el entorno familiar, único universo posible de acción. Quizás por esta razón existen, todavía, algunas potosinas que no tienen acceso a la educación universitaria (”eso es cosa de hombres”; o peor aún “las muchachas no se hicieron para eso”) o deben cargar, por su condición femenina, con el dilema de ser o madres o profesionistas, y con ello ven coartadas sus posibilidades como personas. Por ello, llegar a Londres fue para Verónica todo un impacto, pues aunque aún en Europa la condición femenina es todavía una desventaja, el hecho de vivir sola y de poner a prueba sus capacidades, resultó en una comprensión de sí misma y en un derrumbe de mitos: el mundo no acababa en la colonia El Paseo, de donde ella proviene. Mi encuentro con ella fue una mañana lluviosa del 3 de julio. Amablemente, había ido a buscarme al hostal donde me hospedaba, desde su casa en el suburbio de Wimbledon, a unos 40 minutos en metro. Quería que probara un típico desayuno londinense y me llevó a una cafetería del Old Brompton Road, en Earl´s Court, un barrio populoso al sur de Londre

Habituada al clima caprichoso de la capital inglesa, llevaba una gabardina, paraguas, y en efecto, lucía como una londinense - y mientras nos dirigíamos a desayunar bajo una lluvia apenas perceptible al tacto, me fue aconsejando sobre cómo viajar en la ciudad y qué cosas evitar. “La gente es amable, pero aléjate en lo posible de los adolescentes, que suelen ser muy racistas”, me explicó. La comida de Londres no es muy buena. Su café tampoco, pero la cafetería a la que asistimos era acogedora y tibia.

Ahí fue como ella me narró su transformación de potosina a londinense. “Llegué el 2 de mayo de 1997″, explicó y por la forma mecánica en que lo dijo, como si repitiera alguna fecha importante como el 12 de octubre de 1492, descubrí que esa fecha no era solamente el recordatorio de un día, sino el momento de un cambio trascendental que había dado cinco años atrás. Con la vista perdida en algún lugar de sus recuerdos, rememoró que el propósito inicial de su viaje era estudiar inglés. En San Luis no había tenido oportunidad de estudiar una carrera universitaria, tenía un certificado de estudios técnicos en informática del Colegio de Bachilleres y no encontraba trabajo desde hacía seis meses. Así que, apoyada por su madre, partió a Londres como hacen otras potosinas: a trabajar de au pair[ii] para costear sus estudios en una academia de lengua inglesa. “Al principio fue muy difícil - recordó - pues además del obvio choque cultural al que me enfrenté, siempre estaba la tentación del regreso. En mi mesa de noche permanecía un boleto de avión que yo podía utilizar en cualquier momento para regresar. La familia y el mundo en el que creces te llaman y la soledad puede ser muy fuerte los primeros días”. Pero un viaje aguza los sentidos y las capacidades y eso pasó con Verónica que, según me confesó, se volvió más dura y fría para poder sobrevivir. No obstante, varios días sintió una nostalgia muy fuerte, que incluso le provocó una depresión que la mantenía postrada en cama durante sus días de descanso. Con esa dureza de espíritu, se fue habituando a su nueva vida, en la que debió enfrentar un drástico cambio de vida y la intolerancia de algunos ingleses.

Precisamente, uno de los dos únicos incidentes racistas que ha sufrido, lo experimentó cuando paseaba una tarde con una amiga (”mi mejor amiga”), por un barrio obrero de Londres. “Mi amiga - narró - pese a que es originaria de la India es muy muy blanca y por ello, cuando nos topamos con un hombre en la acera, éste con su hombro, me golpeó a mí fuertemente en el hombro mientras decía fucking indians”. En este momento se le quebró un poco la voz, pero no lloró. El golpe fue tan fuerte que el dolor le duró varios días y tuvo que ir al doctor. El otro incidente, fue un día que, caminando por la calle, un grupo de adolescentes la increpó con insultos raciales. “Fuera de eso - añadió sonriendo - mi vida aquí ha sido muy tranquila y segura. No me puedo quejar”. Y Verónica tiene razón. Londres ya no es una ciudad propiamente inglesa (de los nacidos en la isla) sino del mundo.

En un vagón del “Underground” o “London Tube”, como le conocen popularmente los “londoner” al metro, uno puede escuchar diversos idiomas, desde ruso, pasando por el chino hasta el español. Y esto parecen haberlo entendido las autoridades locales, pues en el servicio de transporte público es común ver carteles en los que se pide a los ciudadanos de esta metrópoli, fundada hace más de dos mil años sobre la rivera del río Támesis, que denuncien todos los crímenes de odio. En particular, me llamó la atención uno de estos anuncios, que encontré pegado en un camión de dos pisos, el cual mostraba a un niño con facciones árabes llorando. Bajo esta imagen se leía una leyenda que decía algo como “Please denounce the hate crimes to the police” (Por favor denuncie los crímenes de odio a la policía). Lo curioso es, que, junto a mí, mirando también el anuncio, se encontraba un muchacho con indumentaria militar y una suástica nazi zurcida en las hombreras. En contrapartida, los londinenses que rebasan los cuarenta años normalmente son amables. Incluso los policías y los funcionarios de turismo lo son, lo cual es bastante raro en Europa, sobre todo si se toma en cuenta las malas experiencias que después sufriría en Barcelona y en Roma. En el “Tube” siempre hay policías que le dan pacientemente toda la información a uno o que abren una puerta adyacente para que uno evite la pasarela cuando se lleva una mochila grande en las espaldas, como fue mi caso.

Incluso, a mí llegada al aeropuerto de Gatwick, una mujer muy amable que conocí en el tren a Londres, me llevó hasta el andén mismo donde debía tomar el metro que me llevaría de la Estación Victoria, a mi hostal en Earl´s Court. “Sin embargo - me indicó Verónica - aunque los ingleses son educados, no dejan de ser fríos y altivos. Piensan que no fue Inglaterra la que se separó de Europa, sino que Europa se separó de Inglaterra. Son como la isla misma, cerrados, de ahí que los ingleses sea muy aficionados a la jardinería, pues un trabajo para solitarios, para gente ensimismada”. Pero así como señala las características de los londinenses “nacidos en la isla”, enfatiza los defectos y virtudes de los mexicanos, pues lo primero que se aprende viajando a otro continente, es la idiosincrasia propia, como le ocurrió a Verónica y como sin duda me ocurrió a mí en este, que fue mi primer viaje al extranjero. “Cuando llegué a Londres, una de las primeras cosas que hice fue intentar relacionarme con las mexicanas que ya vivían aquí. No fue una experiencia grata - advirtió - pues, contra lo que se pueda pensar, los mexicanos no tenemos un sentido de solidaridad y apoyo que si puedes encontrar en las comunidades de otros países”. “Pero no solamente no nos ayudamos entre nosotros - abundó - sino que descubrí que los mexicanos, como ciertos ingleses, somos muy intolerantes y no aceptamos lo que es diferente. Quedarme, significó superar ese defecto”. -¿Tienes amigos mexicanos ahora? - Conozco algunas mexicanas, pero no son mis amigas atajó. Esto que comenta Verónica es significativo, pues ya una amiga en San Luis me había advertido que las potosinas que había encontrado en Londres (y que también trabajaban como au pair) no habían sido amistosas ni mucho menos. Y quizás se relacione con el hecho de que, en esta ciudad, las clases sociales que privan en la capital potosina se pierden.

En Londres, por ejemplo, tanto una muchacha de clase media de San Sebastián como una muchacha cuyos padres pertenecen al Club Deportivo Potosino, tienen trabajos similares y las mismas desventajas por su condición de extranjeras. Probablemente por ello, Verónica comparte un piso en Wimbledon, con una amiga colombiana y otra amiga polaca. “Sin embargo, mis mejores amigas - me aclara con una sonrisa - son una muchacha de la India y otra de Argentina”. Pero Vero también señala las virtudes que nunca perdería de su idiosincrasia mexicana. “Tenemos sentido de la familia. Aunque estoy lejos, tengo presente siempre a mis padres y hermanos. También somos atentos con las personas, pero no por formalismos sociales, sino porque lo sentimos. Creo que, en ese sentido, somos un pueblo sincero”. Y no obstante, Vero no quisiera regresar a México. “No encajo ya en San Luis por mi edad - reconoció - pues, tristemente, en nuestro estado rondar los treinta lo imposibilita a una a encontrar un trabajo bien remunerado.

Y tampoco quiero regresar porque aquí tengo la posibilidad de viajar y sobre todo, la certeza de una independencia no solamente económica, sino en todos los sentidos”. “Además - agregó - ya no pienso en español, sino en inglés. Incluso mi ortografía castellana ya me falla. Pero sobre todo - remató - es un sentimiento en el corazón relacionado con esta ciudad”. Y entonces me cuenta que tuvo la oportunidad de viajar a Kenia hace un año (lo cual sería imposible en México para una joven como ella) con el fin de visitar a una tía suya, misionera en aquel país africano. “Cuando regresaba y el avión iba sobrevolando Londres - rememoró con la vista perdida como si estuviera viendo la escena otra vez - alcancé a distinguir por la ventanilla la figura inconfundible del Big Ben y sentí una gran felicidad. Estaba en casa, in my home again, en mi hogar”. Y si, la sonrisa con que terminó la frase delató que, en un sentido literal, San Luis ya la había perdido. Volvería a ver a Vero otras tres veces durante mi estadía en Londres; me ayudaría mucho e incluso, amablemente, me ofrecería hospedaje en su casa. Mientras me alejaba de ella en un “Tube” atestado de personas de todas las etnias posibles, metáfora de un Londres que es un mundo conformado por muchos mundos, rumbo a Trafalgar Square, comprendo que, quizás, Verónica no se convirtió de potosina en Londoner, sino que, simplemente, aspiró a ser y se atrevió a vivir en un mundo más amplio que el que representa San Luis. Y es que, en realidad, uno nunca es nada, uno solamente es lo que aspira a ser. A los pocos días de mi partida de Londres a París, le fue negada la residencia a Verónica C., por lo que, en un año más deberá regresar a México.

Sin embargo, logró graduarse en lengua inglesa, continua trabajando como jefa de turno en un restaurante de Wimbledon y cuidando niños en su tiempo libre. Ella no hubiera querido regresar a San Luis. [i] Londoner es el gentilicio en inglés de londinense; es la forma como gustan designarse a sí mismos los habitantes de Londres. [ii] Au pair es una muchacha joven, generalmente, que vive y trabaja en una casa cuidando a los niños pequeños de la familia. Es conocido que algunas muchachas potosinas viajan a Inglaterra y a Alemania con el propósito de trabajar como au pair para pagar sus estudios de idiomas en dichos países.

sábado, julio 29, 2006

Carlos Marín, mirándonos desde el olimpo a los mortales que no tenemos la verdad


marin
Originally uploaded by marcocarlosavalos.

Carlos Marin es un periodista que muchas veces ha ayudado a que los lectores de sus columnas tengan herramientas para entender mejor las cosas que suceden en México. Eso es innegable. Sin embargo, como cualquier ser humano - si, los periodistas, aunque salgan en la tele o escriban en la "gran prensa" tambi{en son seres humanos y no dioses - pueden tener accesos de histeria.

Y a Carlos Mar{ion le ocurri{o. Durante el programa de Victor Trujillo del 24 de julio, dijo que pensar que pudiera haber un presidente interino en México era algo "masturbatorio".

(Esto se puede ver en la parte superior derecha de la página www.noticiasmexico.net)

"Masturbatorio" desde luego, es un eufemismo (decir una palabra suave en lugar de la real que preferimos no decir por pudor, "buenas maneras" o...hipocresía)

Como se sabe, varios periódicos de prestigio y revistas han expresado que podría presentarse en México, la posibilidad de que el Tribunal Federal Electoral declarara nulas las elecciones. Ello provocar{ia que , el congreso, tuviera que nombrar un presidente interiono que convocaría a elecciones en un plazo de un año y medio.

Esto lo establece la elección. Si no hay un presidente electo para el 1o de diciembre, ya sea porque se anule la elección o porque el que haya ganado decida que no, que mejor no quiere ser presidente y se va de conductor de noticeros de Televisa, o , por descuidado (un eufemismo :) ) se cae y queda sin memoria y no acude a ser ungido como presidente, entonces el congreso tendría que designar un presidente interino.

Sin embargo, Carlos Marin, en dicho programa de Brozo, con una actitud arrogante, dijo que, pensar eso, era masturbatorio. ¿Por qué? Porquer lo dice él, un Dios del periodismo que "SI" puede ver lo que nosotros, pobres tontos (otro eufemismo :))) ) no podemos porque, pues porque no somos él o u otros que "SI" son luminarias del entendimiento de la realidad.

"Masturbatorio" es, para decirlo de la forma como en realidad Marin quería decirlo, una puñeta mental, una jalada. Y claro, como él, está por encima de nosotros "simples" (otro eufemismo :) ) no usa el termino que el vulgo (nosotros) usaríamos, y como burla, a nosotros, y para situarse "donde él debe estar" usa una palabra que utilizarían grandes intelectuales como Jorge G. Castañeda y Chespirito: "masturbatorio" (hey! esto fue una ironía :) )

Es decir, no solo la revista proceso y columnistas diversos se están haciendo una puñeta, masturbándose o jalándosela...sino también todos aquellos redactaron la Constitución Mexicana... total, él es el mero mero "fregón" (otro eufemismo :) ) Por ello, por su arrogancia frente a los que no piensan como él, por su actitud de "mi gesto de intelectual me pone por encima de vosotros, mis lectores", Carlos Marin llega a nuestra Galería de Periodistas Histéricos, junto a otra grande de la pantalla (en esta ocasión una ironía) y del periodismo, nuestra estimada Denise Maerker :)

PD. El presidnete interino no sólo es legal y posible...sería necesario! dadas las miserables condiciones de nuestra política nacional...

viernes, julio 28, 2006

Traudl Junge, la secretaria de Hitler


Traudl Junge
Originally uploaded by info tx.
Estas palabras deberían resonar en el mundo, como una alarma que nos indique que, la intolerancia del facismo sigue aquí, entre nosotros y creciendo en los corazones...

La Edad No Es Excusa

"Todos estos horrores que escuché durante el juicio de Nuremberg, estos 6 millones de judíos, de personas que pensaban diferente o gente de otras razas que perecieron. Eso me impactó profundamente. Pero no había relacionado eso con mi pasado. Me hice sentir bien conmigo misma, pensando que no había sido culpable de manera personal. Y que yo no sabía nada sobre la dimensión que tenía todo lo que pasó. Pero un día pasé cerca de una placa conmemorativa de Sophie Scholl en Franz-Joseph-Strassen. Descubrí que ella tenía mi edad cuando fue ejecutada, justo el mismo año en que yo fuí con Hitler. En ese momento, me di cuenta que la edad no es una excusa. Y que hubiera sido posible conocer las cosas que pasaban...".

- Traudl Junge, secretaria particular de Hitler

Goebbels


Goebbels
Originally uploaded by info tx.
En la foto aparecen Goebbels (Ulrich Matthes) Ehefrau Magda (Corinna Harfouch)y sus hijos. Después del suicidio de Hitler, los hijos de Goebbels y Magda, serían asesinados por ésta última con veneno, como un acto de lealtad a Hitler. Esta foto pertenece a la cinta "La Caída" de Oliver Hirschbiegel. La caída, es, quizás, una de las cintas sobre la guerra (que no de guerra) y sobre el nazismo, más impactantes de todos los tiempos. Necesario verla en estos momentos de intolerancia....

jueves, julio 27, 2006