martes, junio 26, 2012

Las encuestas pueden fallar: el caso Roosevelt


Portada de Literary Digest, Sep. 1936

"De acuerdo con Wikipedia, una famosa revista norteamericana, Literary Digest, perdió prestigio y terminó por desaparecer debido a que su encuesta falló en la predicción del ganador para las elecciones presidenciales de 1936 en Estados Unidos".



Cuando abro Facebook, Google Plus, Twitter, el correo, los sitios web de los periódicos y hasta mi correo electrónico me encuentro con encuestas que repiten lo mismo: hay un candidato que va a ganar pase lo que pase. Y en la radio, y en otros medios, los opinadores sentencian: la elección será un trámite, porque nuestras encuestas ya señalan al ganador. Sin embargo, la historia de las encuestas nos dice que, por muy bien que esté realizada una encuesta, al final los resultados pueden ser muy distintos…

De acuerdo con Wikipedia, una famosa revista norteamericana, Literary Digest, perdió prestigio y terminó por desaparecer debido a que su encuesta falló en la predicción del ganador para las elecciones presidenciales de 1936 en Estados Unidos.

La revista había predicho acertadamente al ganador en las elecciones que habían tenido lugar en 1920, 1924, 1928 y 1932. Sin embargo en 1936, luego de realizar su famosa encuesta, predijo que el republicano Alfred Landon ganaría, posiblemente de manera abrumadora, sobre el candidato democráta Franklin Delano Roosevelt. 

La revista, que fue fundada en 1890, tenía en las encuestas un negocio muy lucrativo (como el que tienen en México Mitofsky, Parametría, etc.) y esto se debía a que los lectores creían en sus encuestas dado lo certero de sus predicciones. Igualmente, como ocurre hoy en nuestro país, los periódicos citaban dichos sondeos a los que se dotaba de credibilidad.

De acuerdo al sitio historymatters, la revista llevaba a cabo sus encuestas enviando una tarjeta que incluía la posibilidad de una suscripción para aquellos que regresaran dicha tarjeta con el nombre del candidato de su predilección. La encuesta que llevaron a cabo en 1936 fue contestada por más de 2000 personas  y el resultado del sondeo estableció que Alfred Landon ganaría con un 57 por ciento de los votos. 


Todo indicaba que la predicción de Literary Digest daría en el blanco, pues los republicanos, según Wikipedia, obtuvieron muy buenos resultados electorales en las elecciones para legislativas y para gobernador que se llevaron a cabo en el estado de Maine, en septiembre de 1936. Y como la elección presidencial se llevaría a cabo en noviembre, todo parecía indicar que, de nueva cuenta, Literary Digest acertaría en adelantar quién sería el nuevo presidente de Estados Unidos.

Así como en México tenemos la percepción de que las elecciones del Estado de México son un barómetro de los resultados electorales para las presidenciales, en Estados Unidos existía un dicho por aquel entonces: "como Maine va, así va la nación”. Pero cuando ocurrieron las elecciones en noviembre de 1936, Landon solamente ganó los estados de Vermont y Maine. Ni siquiera pudo ganar Kansas, estado del cual era gobernador. 

Por su parte, Franklin Delano Roosevelt ganó en los otros 46 estados. Para sorpresa de los editores de Literary Digest y sus lectores, Landon se convirtió en uno de los candidatos de partidos importantes (Demócratas o Republicanos) con el número de votos más bajo en la historia de la política norteamericana.

De acuerdo con Wikipedia, los demócratas hicieron burla del dicho popular sobre Maine diciendo: "como va el estado de Maine, va el estado de Vermont,". Luego de esta encuesta fallida, la revista Literary Digest fue desacreditada por completo y a causa del suceso desapareció.

La pregunta es: ¿No acaso podemos tomar este ejemplo para aplicarlo en el contexto actual de México? Las encuestas, de las cuales no sabemos nada, ni su metodología, ni cómo fueron hechas las preguntas, etcétera, dicen que hay un candidato que va a adelante, pero la observación de la realidad dice otra cosa muy distinta.

Quizás debemos comenzar a exigir a las encuestadoras toda la información (que no proporcionan al IFE) y hacer lo que hicieron los ciudadanos de Estados Unidos: dejar de leer aquellos medios que publicaron encuestas de mala calidad intentando influir en el voto de los ciudadanos.

Como una muestra del uso que se da las encuestas y de la negligencia del IFE podemos revisar el siguiente sitio web (aquí)del organismo electoral mexicano, donde deben publicarse la metodología, los cuestionarios de todas las encuestadoras registradas. Sin embargo, pocas encuestadoras entregan sus cuestionarios y metodologías y las que lo hacen, lo hacen como les da la gana. Y no obstante eso, el IFE les permite publicar las encuestas sin ningún pudor... por eso no podemos creer en las encuestas y por eso debemos salir a votar pensando que, al final, eso será lo que cuente...

Para saber más





lunes, junio 25, 2012

¿Qué se necesitará para emigrar a Canadá?


Foto tomada del sitio web de Property Virgins

"Voy a votar por el PRI porque le prometieron una plaza de maestra a mi esposo" explica una mujer antes de dar un sorbo a su café en una cafetería del centro de la ciudad.

Esta es una de las razones por las cuales miles (quizás millones) de personas razonarán su voto el próximo domingo 1º de julio.  Hace 12 años, cuando  nos engañaron a los mexicanos con el voto útil para el PAN con el propósito superior de sacar al PRI del gobierno, nadie pensaba que hoy, miembros de ese partido nos estarían pidiendo que usemos ese voto útil para darle el triunfo al PRI y evitar que gane el partido de izquierda.

Pero así son las cosas. Queda claro que eso de la democracia es algo muy lejano a México. Quieren que uno vote, pero solamente para que quede constancia de que los que gobiernan lo hacen gracias a que “las mayorías” otorgaron ese poder. No obstante, un país no puede ser democrático si esas mayorías deciden su voto de la forma como lo decidió aquella mujer en la cafetería.

Por lo menos, esta mujer espera que, con dicha plaza, sus problemas económicos acaben, pues los maestros, aunque están muy mal pagados, cuentan con un trabajo seguro de por vida, sin ningún tipo de evaluación de su desempeño,  obteniendo un aguinaldo equivalente a 90 días de salario y un bono en mayo. No obstante, la mayoría dará su voto al PRI por  una lámina para el techo de la casa, por comer ese día, por vasos de plástico o camisetas con el nombre del candidato.

Y en los medios, se alabará al Instituto Federal Electoral que tiene todo controlado para que no haya un fraude (por lo visto, las dádivas y la compra del voto no se consideran elementos para anular una elección viciada de antemano) y porque los mexicanos participaremos como buenos ciudadanos para que gane el que previamente todas las televisoras dictaron que ganaría y que por regla general es una persona sin preparación, que defiende los intereses de los dueños del país y que al final de su periodo tendrá que salir del país al menos por un año o unos meses hasta que el enojo y la indignación de la gente se calme.

Y todo esto lo reflexiono mientras veo “Property Virgins”, un programa que dan en el cable donde jóvenes canadienses buscan asesoría para comprar su primera casa, una barata, con lo mínimo, que ni soñando podría un mexicano aspirar a tener.  Miro ese programa, mientras me tomo el yogurt, la manzana y unas galletas. Y al final siempre aparece en mi mente  la misma pregunta  al salir a la calle para tomar el autobús que me llevará al trabajo. Y esta pregunta vuelve a presentarse 12 horas después cuando el mismo camión me trae de regreso  a casa… me pregunto, mientras salgo de la tienda con el pan:

 ¿Qué se necesitará para emigrar a Canadá? 


Y mientras el perro se come sus croquetas y yo mi cena comprendo que esa no es la pregunta. La verdadera pregunta es ¿Qué se necesitará para que México tenga el nivel de vida de Canadá?. Entonces doy un suspiro  y con desesperanza me contesto a mí mismo “No lo sé…”.  Pero notodo está perdido: mañana pasarán “Property Virgins” otra vez…

Aimee y Alex, participantes de "property Virgins": ¡Los envidio!