Portada de Literary Digest, Sep. 1936 |
"De acuerdo con Wikipedia, una famosa revista norteamericana, Literary Digest, perdió prestigio y terminó por desaparecer debido a que su encuesta falló en la predicción del ganador para las elecciones presidenciales de 1936 en Estados Unidos".
Cuando abro Facebook, Google Plus, Twitter, el correo, los
sitios web de los periódicos y hasta mi correo electrónico me encuentro con encuestas
que repiten lo mismo: hay un candidato que va a ganar pase lo que pase. Y en la
radio, y en otros medios, los opinadores sentencian: la elección será un
trámite, porque nuestras encuestas ya señalan al ganador. Sin embargo, la
historia de las encuestas nos dice que, por muy bien que esté realizada una
encuesta, al final los resultados pueden ser muy distintos…
De acuerdo con Wikipedia, una famosa revista norteamericana,
Literary Digest, perdió prestigio y terminó por desaparecer debido a que su
encuesta falló en la predicción del ganador para las elecciones presidenciales
de 1936 en Estados Unidos.
La revista había predicho acertadamente al ganador en las
elecciones que habían tenido lugar en 1920, 1924, 1928 y 1932. Sin embargo en
1936, luego de realizar su famosa encuesta, predijo que el republicano Alfred
Landon ganaría, posiblemente de manera abrumadora, sobre el candidato democráta
Franklin Delano Roosevelt.
La revista, que fue fundada en 1890, tenía en las encuestas
un negocio muy lucrativo (como el que tienen en México Mitofsky, Parametría,
etc.) y esto se debía a que los lectores creían en sus encuestas dado lo
certero de sus predicciones. Igualmente, como ocurre hoy en nuestro país, los
periódicos citaban dichos sondeos a los que se dotaba de credibilidad.
De acuerdo al sitio historymatters, la revista
llevaba a cabo sus encuestas enviando una tarjeta que incluía la posibilidad de
una suscripción para aquellos que regresaran dicha tarjeta con el nombre del
candidato de su predilección. La encuesta que llevaron a cabo en 1936 fue
contestada por más de 2000 personas y el
resultado del sondeo estableció que Alfred Landon ganaría con un 57 por ciento
de los votos.
Todo indicaba que la predicción de Literary Digest
daría en el blanco, pues los republicanos, según Wikipedia, obtuvieron muy
buenos resultados electorales en las elecciones para legislativas y para
gobernador que se llevaron a cabo en el estado de Maine, en septiembre de 1936.
Y como la elección presidencial se llevaría a cabo en noviembre, todo parecía
indicar que, de nueva cuenta, Literary Digest acertaría en adelantar quién
sería el nuevo presidente de Estados Unidos.
Así como en México tenemos la percepción de que las
elecciones del Estado de México son un barómetro de los resultados electorales
para las presidenciales, en Estados Unidos existía un dicho por aquel entonces:
"como Maine va, así va la nación”. Pero cuando ocurrieron las elecciones en noviembre de 1936,
Landon solamente ganó los estados de Vermont y Maine. Ni siquiera pudo ganar Kansas,
estado del cual era gobernador.
Por su parte, Franklin Delano Roosevelt ganó en
los otros 46 estados. Para sorpresa de los editores de Literary Digest y sus
lectores, Landon se convirtió en uno de los candidatos de partidos importantes
(Demócratas o Republicanos) con el número de votos más bajo en la historia de
la política norteamericana.
De acuerdo con Wikipedia, los demócratas hicieron burla del
dicho popular sobre Maine diciendo: "como va el estado de Maine, va el
estado de Vermont,". Luego de esta encuesta fallida, la revista Literary
Digest fue desacreditada por completo y a causa del suceso desapareció.
La pregunta es: ¿No acaso podemos tomar este ejemplo para
aplicarlo en el contexto actual de México? Las encuestas, de las cuales no
sabemos nada, ni su metodología, ni cómo fueron hechas las preguntas, etcétera,
dicen que hay un candidato que va a adelante, pero la observación de la
realidad dice otra cosa muy distinta.
Quizás debemos comenzar a exigir a las encuestadoras toda la
información (que no proporcionan al IFE) y hacer lo que hicieron los ciudadanos
de Estados Unidos: dejar de leer aquellos medios que publicaron encuestas de
mala calidad intentando influir en el voto de los ciudadanos.
Como una muestra del uso que se da las encuestas y de la negligencia del IFE podemos revisar el siguiente sitio web (aquí)del organismo electoral mexicano, donde deben publicarse la metodología, los cuestionarios de todas las encuestadoras registradas. Sin embargo, pocas encuestadoras entregan sus cuestionarios y metodologías y las que lo hacen, lo hacen como les da la gana. Y no obstante eso, el IFE les permite publicar las encuestas sin ningún pudor... por eso no podemos creer en las encuestas y por eso debemos salir a votar pensando que, al final, eso será lo que cuente...
Para saber más