En un arranque de prepotencia quizás provocado por el respaldo que amplias franjas de la sociedad italiana le brindan, Silvio Berlusconi promulgó el 21 de mayo pasado un decreto que convertía en delito grave la inmigración ilegal.
Este decreto, insólito en toda Europa, inmediatamente se ganó el rechazo de varios países de
No obstante, las agencias de noticias europeas informaron que Berlusconi no pudo con la presión política que ocasionó su medida a nivel europeo ni con las críticas que expresó
Entre los países europeos que se pronunciaron contra la medida se encuentra España, que quizás es el país donde se discute de manera más seria y desapasionada el fenómeno de la inmigración. De hecho, según la agencia española de noticias EFE, la reacción del Gobierno de España tras este proyecto provocó una crisis con Italia.
La vicepresidenta primera del gobierno español, María Teresa Fernández de
La cancelación del decreto, que fue considerada un “marcha atrás” por la oposición italiana y grupos de derechos humanos, fue anunciada en Roma por Berlusconi luego de una reunión con Nicolás Sarkozy, presidente francés, que es otro de los enemigos de los inmigrantes en el continente europeo.
Según la agencia EFE, Berlusconi dijo: "Personalmente creo que no se puede perseguir a alguien por la permanencia irregular en nuestro país, condenándolo con una pena, pero ésta puede ser un agravante si comete un delito".
Por su parte, el Partido de
otros ilegales. Es evidente que ninguno piensa en hacer que estallen las cárceles italianas (con más presos) o aumentar los costes de la justicia", afirmó, de acuerdo a EFE, el ministro para
Como puede percibirse en esta nota, es posible enfrentar a la ultraderecha italiana, que tantos riesgos presenta para los derechos humanos en Europa. Pero también es otra alerta sobre la resurrección del fascismo que tantas muertes y dolor ha causado en el mundo.
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