Me han acusado de no tener sentido del humor. Que no hago bromas ni hago sentir bien a los demás. Que en mis pláticas nadie se siente cómodo porque no digo chistes. Pero no es cierto: yo también puedo ser simpático y sobre todo puedo reírme de mi mismo. Por ejemplo, el otro día viendo "Amor y Muerte, la última noche de Boris Grouchenko", de Woody Allen, hubo una frase que me hizo reir mucho porque me recordó la tarde de hace unas semanas en la que pretendí, de manera ingenua, adquirir una casa a través de un crédito gubernamental.La frase en sí misma es chistosa, pero lo es más cuando se aplica perfectamente a tu vida. Resulta que Woody Allen está hablando con Diane Keaton sobre la vida y dicen:
Diane Keaton: De verdad creo que este es el mejor de todos los mundos posibles.Woody: Por lo menos sí es el más caro.
Y creo que es cierto. Cuando fuí a preguntar por esa casa que quería adquirir, la agente de bienes raíces me preguntó, antes siquiera de decir buenas tardes, cuál era mi salario. Cuendo le dije, la vendedora casi soltó una risotada. Resultó que necesitaría ganar 10 veces más para poder ser "sujeto de crédito". Woody Allen tiene razón. Si este mundo no es el mejor, al menos sí es el más caro.
Cabe aclarar que yo pregunté por esa casa, ya que está en un barrio donde las casas costaron hace cinco años, 230 mil pesos. Ahora, esas mismas casas, pero nuevas, valen 800 mil pesos. El costo, dijo la agente, se incrementó porque ahora el gobierno decidió que los bancos participaran en el otorgamiento de créditos y... pues el banco considera que esa casa debe valer casi cuatro veces más... cosas de vivir en un país "en armonía social"... en el mejor mundo posible - para los banqueros - y en el más caro para todos los demás...
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